¿Qué es el reflujo gastroesofágico y qué tipos existen?

¿Qué es el reflujo gastroesofágico y sus diferentes tipos?

El reflujo gastroesofágico (ERGE) es una patología en la que el contenido del estómago regresa hacia el esófago, causando síntomas como acidez y regurgitación. Aunque cierto grado de reflujo es normal, el ERGE se desarrolla cuando hay un aumento en la exposición del esófago al jugo gástrico o cuando la barrera natural contra el reflujo se ve comprometida. Esta patología puede presentarse de diferentes formas, dependiendo de los mecanismos subyacentes y de la respuesta del organismo.



¿Por qué es importante entender los tipos de reflujo?

Muchas personas reciben el diagnóstico de “reflujo” tras acudir al médico por síntomas como:

  • Ardor o acidez retroesternal

  • Regurgitación ácida o alimentos no digeridos

  • Tos seca o crónica

  • Ronquera matutina o cambios en la voz

  • Molestias al tragar o sensación de cuerpo extraño en la garganta

Sin embargo, el término “reflujo” es muy amplio, y no especifica la causa ni el tipo de alteración presente. Existen diferentes formas clínicas de reflujo, con características y tratamientos distintos. Identificarlas permite un abordaje más preciso.

Manifestaciones del reflujo gastroesofágico

1. Reflujo no erosivo (NERD)

• Es el tipo más común.

• El paciente presenta síntomas típicos de reflujo (acidez, ardor, regurgitación).

• Pero la endoscopia no muestra erosiones ni daño visible en el esófago.

2. Reflujo erosivo (esofagitis por reflujo)

• Aquí sí se observa daño visible en la mucosa esofágica durante una endoscopia.

• Puede haber erosiones, inflamación o úlceras en el revestimiento esofágico.

• Se clasifica según la Escala de Los Ángeles (A–D) en función de la severidad de las lesiones.

• Requiere tratamiento más intensivo y seguimiento médico.

3. Reflujo funcional

• No hay daño en la mucosa esofágica ni una exposición patológica al ácido.

• Tampoco existe correlación clara entre los síntomas y los episodios reales de reflujo (ácido o no ácido).

• El problema parece deberse a alteraciones en la percepción visceral o al procesamiento central del dolor.

• Puede coexistir con ansiedad, hipervigilancia digestiva o disfunciones del eje intestino-cerebro.

4. Hipersensibilidad esofágica

• El paciente presenta síntomas típicos de reflujo, pero:

• El reflujo que se detecta es dentro de los límites normales

• Existe una relación temporal clara entre los episodios de reflujo y los síntomas

• Es decir, el cuerpo reacciona de forma exagerada a estímulos normales.

• Puede estar desencadenada por ácido o por contenido no ácido.

  • Diferencias clave entre reflujo funcional e hipersensibilidad esofágica:

• En la hipersensibilidad, hay una correlación entre reflujo y síntomas.

• En el funcional, no hay correlación ni daño objetivo.

5. Reflujo extraesofágico o silencioso (laringofaríngeo)

• El contenido gástrico asciende más allá del esófago, llegando a laringe, faringe e incluso vías respiratorias.

• No suele haber acidez ni ardor. Aunque pueden superponerse los síntomas. Los síntomas más comunes son:

• Tos crónica

• Ronquera o voz apagada

• Sensación de moco en la garganta o goteo postnasal

• Carraspeo frecuente

• Disfagia o molestias al tragar

• Debido a su presentación atípica, suele pasar desapercibido o confundirse con otras patologías respiratorias.

6. Esófago de Barrett

• Es una complicación crónica del reflujo no tratado. Aunque las causas no están del todo claras y se plantea que podría tener un desarrollo multifactorial.

• El epitelio escamoso normal del esófago se transforma en epitelio columnar especializado (metaplasia intestinal).

• Este cambio adaptativo aumenta el riesgo de adenocarcinoma esofágico.

• Se diagnostica por biopsia tras endoscopia y requiere vigilancia estrecha.

¿Y por qué no siempre se habla de esto?

Muchos pacientes reciben el mismo tratamiento (por ejemplo, inhibidores de la bomba de protones como el omeprazol) independientemente del tipo de reflujo.

Sin embargo, no es lo mismo tratar una hipersensibilidad que una esofagitis, o un reflujo funcional que un LPR.

Por eso es clave ir más allá del diagnóstico genérico de “ERGE” y entender qué tipo de reflujo tienes.

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