¿Sabías que el reflujo no siempre se manifiesta como ardor?
Cuando hablamos de reflujo, la mayoría de personas piensa automáticamente en acidez estomacal o sensación de quemazón en el pecho. Sin embargo, existen síntomas poco conocidos que también pueden estar relacionados con esta condición.
Estos síntomas “atípicos” o extraesofágicos pueden aparecer en zonas que, en principio, parecerían no tener relación con el aparato digestivo, pero que sí se ven afectadas por el ascenso de contenido gástrico o la inflamación que genera.
Veamos algunos ejemplos:
Laringitis crónica
Sinusitis de repetición
Otitis media o sensación de taponamiento
Úlceras faríngeas
Pólipos o granulomas en cuerdas vocales
Cambios en la voz, disfonía, carraspeo frecuente
Sensación de nudo en la garganta (globus faríngeo)
Dolor o quemazón faríngea constante sin causa clara
Estas manifestaciones suelen asociarse con el llamado reflujo laringofaríngeo (LPR), donde el contenido gástrico alcanza estructuras superiores sin generar acidez perceptible. Muchos pacientes ni siquiera sospechan que pueda tratarse de reflujo.
Tos crónica (especialmente nocturna o después de comer)
Bronquitis o episodios inflamatorios respiratorios
Asma o empeoramiento de síntomas asmáticos
Neumonía recurrente (por microaspiraciones)
Fibrosis pulmonar idiopática (en algunos casos se ha asociado al reflujo como factor coadyuvante)
El contenido ácido que asciende puede llegar a vías respiratorias y generar inflamación o microaspiraciones, afectando directamente a la salud pulmonar.
Dolor de pecho de tipo anginoso, que a menudo se confunde con un infarto
Arritmias leves reflejas por irritación del nervio vago
Muchas personas acuden a urgencias pensando que tienen un problema del corazón, cuando en realidad se trata de un episodio de reflujo severo. Siempre es importante descartar causas cardíacas, pero si todo sale normal y el malestar persiste, conviene explorar la posibilidad de reflujo.
Erosiones en el esmalte dental
Mal aliento persistente (halitosis)
Mayor incidencia de caries
La exposición repetida del esmalte a pequeñas cantidades de ácido puede deteriorarlo con el tiempo. Si además hay reflujo nocturno, este daño puede pasar desapercibido durante mucho tiempo.
El reflujo gastroesofágico es una condición compleja que no siempre se presenta de forma evidente. Si experimentas alguno de estos síntomas y las pruebas habituales no encuentran una causa clara, podría valer la pena valorar un enfoque digestivo.
Cuanto antes lo detectes, mejor podrás actuar para reducir el daño, evitar complicaciones y mejorar tu calidad de vida.
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