Además de su conocido uso como antiinflamatorio natural, la cúrcuma se ha utilizado desde la antigüedad para tratar diversos problemas digestivos como la indigestión, la flatulencia, la diarrea, e incluso las úlceras gástricas y duodenales.
La curcumina, su principal compuesto activo, es un polifenol que presenta propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, antiapoptóticas, antitumorales y antimetastásicas. La evidencia científica existente indica que la curcumina puede ejercer una amplia gama de beneficios en el tracto gastrointestinal.
Aunque gran parte de la evidencia procede de estudios in vitro y modelos animales, sus efectos en humanos comienzan a ser respaldados por investigaciones clínicas:
Mitigación del Daño por AINEs: Estudios indican que la cúrcuma puede mitigar el daño causado por los Antiinflamatorios No Esteroideos (AINEs) en la mucosa gástrica, actuando como una barrera protectora.
Prevención del Esófago de Barrett: La curcumina desempeña un papel preventivo crucial en el esófago de Barrett, una condición relacionada con la exposición prolongada al ácido gástrico. Su capacidad para inhibir la inflamación y la metaplasia esofágica destaca su potencial preventivo.
Inhibición de Tumorigénesis Esofágica y Gástrica: La curcumina muestra propiedades anticancerígenas, particularmente en el tracto gastrointestinal, al inhibir la invasión y proliferación de células cancerosas en el esófago y el estómago.
Aceleración de la Cicatrización en Úlceras Gástricas: Se ha observado que la curcumina acelera la cicatrización de úlceras gástricas al modular la respuesta inflamatoria y estimular la regeneración de tejidos.
Actividad Anti Helicobacter pylori: La curcumina podría mejorar el tratamiento para la infección por Helicobacter pylori, según indican investigaciones.
Prevención de la Esofagitis por Reflujo: La curcumina muestra efectos preventivos en la esofagitis por reflujo, una condición donde el ácido gástrico daña el revestimiento del esófago, al modular respuestas inflamatorias y proteger las células esofágicas.
Protección contra Lesiones Agudas de la Mucosa Gástrica: Documentada como protectora, la curcumina previene lesiones agudas en la mucosa gástrica inducidas por factores como el alcohol o el estrés, gracias a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
La biodisponibilidad oral es baja. Esto quiere decir que el cuerpo no la absorbe ni utiliza de forma eficiente.
Su absorción mejora cuando se combina con:
Pimienta negra (que contiene piperina)
Alguna fuente de grasa saludable, como aceite de oliva virgen extra, para facilitar su biodisponibilidad.
Sus efectos parecen ser principalmente locales en el tracto digestivo, más que sistémicos.
Como especia en sopas, arroces, guisos o batidos.
En infusiones digestivas (puede combinarse con jengibre).
En suplementos, siempre bajo orientación profesional: Dosis usadas en estudios: desde 300 mg hasta 4000 mg diarios.
La cúrcuma es un aliado natural interesante en la salud digestiva, gracias a su capacidad para:
Proteger la mucosa gástrica.
Ayudar frente al reflujo y la esofagitis.
Apoyar el tratamiento de H. pylori.
Contribuir a la prevención del daño esofágico crónico.
Aunque sus beneficios están respaldados por estudios preliminares, es importante recordar sus limitaciones de absorción y el enfoque principalmente local en el aparato digestivo.
Como siempre, su uso debe ser personalizado y supervisado por un profesional de la salud.
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