Cuando uno va al médico por síntomas como ardor, acidez, reflujo, regurgitación, dolor en el pecho, tos crónica, ronquera o molestias al tragar, lo habitual es que, tras realizar varias pruebas, el diagnóstico final sea reflujo gastroesofágico (ERGE).
El problema es que muchas veces ahí termina la explicación. Independientemente de la causa, el tratamiento suele ser el mismo: omeprazol u otro inhibidor de la bomba de protones (IBP). Pero esto no siempre funciona, porque el reflujo puede deberse a mecanismos diferentes en cada persona.
varios mecanismos de defensa fisiológica, y a su vez, estos mecanismos pueden verse afectados por diferentes causas o factores agravantes (hábitos, patologías, estilo de vida…).
Por eso es fundamental identificar qué mecanismo está alterado en cada paciente.
1. Esfínter esofágico inferior con poca presión o disfuncional
El EEI actúa como barrera entre el estómago y el esófago.
Si no cierra bien o tiene presión baja, el ácido puede subir.
Esto puede deberse a la acción de algunos fármacos, alteraciones estructurales, o falta de tono por otras causas.
Popularmente se conoce como “cardias laxo”.
2. Relajaciones transitorias del EEI (TLESRs)
Actualmente, se considera el mecanismo principal del reflujo en muchos casos.
El EEI se puede relajar de forma espontánea, sin deglución, sobre todo para liberar gases.
En pacientes con ERGE, estas relajaciones se dan con más frecuencia y duran más tiempo, facilitando que el contenido gástrico ascienda al esófago.
Factores que favorecen las TLESRs o debilitan el EEI:
SIBO
Síndrome de intestino irritable
Obesidad
Comer grandes volúmenes
Distensión abdominal
Hipoclorhidria
Estreñimiento
Gases
Fumar
Ejercicio intenso
Ropa ajustada
Medicamentos
Alimentos desencadenantes
Bebidas gaseosas
3. Hernia de hiato
Una hernia hiatal ocurre cuando parte del estómago se desliza hacia el tórax, debilitando la función del EEI y del diafragma.
Puede originarse por presión abdominal elevada (tos crónica, embarazo, obesidad), debilidad del tejido conectivo o incluso malformaciones congénitas.
4. Fallos en el aclaramiento del esófago
Tras un episodio de reflujo, el cuerpo debe “limpiar” el esófago del ácido.
Esto puede alterarse por:
Disminución de la producción de saliva (xerostomía) → menos bicarbonato para neutralizar el ácido.
Fallos en el reflejo deglutorio, que debería activarse automáticamente ante el ácido.
Alteraciones motoras del esófago (hipomotilidad, peristalsis débil, unión muscular deteriorada).
5. Hipersensibilidad esofágica
La mucosa esofágica puede estar más sensible o dañada, lo que provoca síntomas intensos incluso sin exposición excesiva al ácido.
Esto explica por qué algunos pacientes presentan síntomas importantes… sin evidencia de reflujo ácido patológico en pruebas como la pH-metría.
Se considera uno de los mecanismos del llamado “reflujo funcional” o de los subtipos del ERGE no erosivo.
6. Vaciamiento gástrico lento (gastroparesia funcional)
Cuando el estómago tarda en vaciarse o se distiende mucho tras las comidas, la presión aumenta y favorece el reflujo.
Sospecha de este mecanismo si:
Notas pesadez estomacal horas después de comer
Comiendo poco, te sientes lleno por mucho tiempo
Tienes tránsito intestinal lento (vas al baño menos de 1 vez cada 12–24 h)
Factores que lo provocan:
Comer rápido
Masticar mal
Trastornos del nervio vago
Disbiosis intestinal
Estrés crónico
7. Hipoclorhidria o hiperclorhidria
Hiperclorhidria (exceso de ácido):
Se asocia a infecciones por H. pylori, gastrinomas, o sobreestimulación ácida.
Puede irritar la mucosa esofágica si hay fallo en los mecanismos antirreflujo.
Hipoclorhidria (falta de ácido):
Puede parecer contradictorio, pero es frecuente.
El EEI se cierra mejor cuando detecta un cambio de pH. Si hay poco ácido, no se detecta diferencia y el esfínter permanece abierto, facilitando el ascenso.
Muchos pacientes mejoran al restaurar niveles adecuados de acidez.
Causas frecuentes:
H. pylori en fase inicial
Autoinmunidad gástrica
Envejecimiento
Déficits nutricionales (zinc, B12…)
Estrés prolongado
8. Otras causas o factores agravantes
Además de los mecanismos anteriores, hay factores que pueden alterarlos o agravarlos:
Fármacos (IBPs mal usados, AINEs, anticolinérgicos…)
Alimentos (café, alcohol, picante, chocolate, cítricos…)
Malos horarios de comida
Cenas tardías o grandes volúmenes nocturnos
Trastornos digestivos (celiaquía, enfermedad de Crohn, disbiosis)
Estilo de vida sedentario
Estrés emocional no gestionado
Conclusión
Muchas personas reciben el diagnóstico de “ERGE” y el mismo tratamiento estándar.
Pero la causa del reflujo puede ser completamente diferente en cada paciente.
Una persona con hipersensibilidad esofágica no se trata igual que otra con reflujo por tránsito lento o por hipoclorhidria.
Y sin embargo, muchas veces todos reciben la misma pauta de omeprazol, sin investigar más allá.
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