La tos crónica asociada al reflujo gastroesofágico (ERGE) es un síntoma frecuente que afecta a muchas personas, a menudo sin un diagnóstico claro. En este artículo descubrirás cómo algo tan simple como tomar pequeños sorbos de agua de forma frecuente puede convertirse en un remedio natural y eficaz para aliviar tanto el reflujo como la tos crónica, especialmente en casos de motilidad esofágica alterada.
La tos que se prolonga durante más de ocho semanas se considera tos crónica. Es un síntoma que afecta la calidad de vida, causando fatiga, alteraciones del sueño y molestias diarias. Entre sus causas más frecuentes se encuentran el asma, el goteo postnasal y, en tercer lugar, la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).
El reflujo gastroesofágico no siempre provoca ardor o acidez. En algunos casos, especialmente cuando existe una alteración en la motilidad del esófago, puede manifestarse como tos crónica o molestias persistentes en la garganta. Esto ocurre porque el contenido gástrico —aunque no siempre ácido— asciende hacia el esófago, provocando irritación y estimulando reflejos que desencadenan la tos.
Entre las llamadas manifestaciones extraesofágicas del reflujo se encuentran el asma, la tos crónica y la laringitis.
Existe evidencia clara que relaciona la ERGE con estos síntomas respiratorios. Sin embargo, es importante realizar una evaluación médica completa para descartar otras causas no relacionadas con el reflujo, como enfermedades pulmonares.
Las siguientes alteraciones favorecen el desarrollo de tos crónica en personas con reflujo:
Reflujo no ácido o microaspiraciones
Disfunción del esfínter esofágico inferior
Motilidad esofágica ineficaz (es decir, alteración del movimiento del esófago)
Retención de secreciones o mal aclaramiento esofágico
Estas alteraciones provocan una estimulación continua del esófago y la garganta, activando el reflejo de la tos y perpetuando el reflujo.
La disminución del aclaramiento ácido es especialmente importante: cuando el esófago no es capaz de eliminar eficazmente el ácido y las secreciones, se favorece la irritación y la aparición de síntomas respiratorios.
Tomar pequeños sorbos de agua de forma frecuente a lo largo del día puede ser una estrategia simple pero efectiva para mejorar el reflujo y la tos crónica. Sus beneficios se deben a varios mecanismos fisiológicos:
Estimulan el reflejo de deglución, reduciendo el reflejo de la tos.
Rompen el ciclo tos-reflujo-tos: al calmar la tos, disminuyen el propio reflujo.
Favorecen el aclaramiento esofágico: ayudan a eliminar ácido, contenido no ácido y secreciones acumuladas.
Limpian secreciones viscosas de la faringe y el esófago, especialmente en casos de motilidad alterada.
En resumen, los pequeños sorbos de agua actúan como un apoyo mecánico natural, ayudando a limpiar el esófago y reduciendo la irritación.
Puedes incorporarla de forma muy sencilla:
Tomar 1-2 sorbos de agua cada 10-15 minutos durante el día.
Llevar siempre una botella de agua a mano.
Evitar grandes cantidades de agua de golpe, priorizando el consumo pausado y fraccionado.
Esta recomendación no sustituye el tratamiento médico, pero puede ser un complemento útil si padeces tos crónica relacionada con el reflujo o molestias faríngeas persistentes.
La tos crónica asociada al reflujo gastroesofágico es una manifestación frecuente, especialmente en casos de motilidad esofágica ineficaz.
Incorporar pequeños sorbos de agua frecuentes es una estrategia simple, segura y efectiva que puede ayudarte a mejorar el aclaramiento esofágico, reducir el reflujo y aliviar la tos crónica.
Un gesto tan básico como beber agua, aplicado de manera correcta, puede marcar una gran diferencia en la gestión de estos síntomas.
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